Compañeros de Sırrı Süreyya Önder: “Continuaremos su lucha”

Miles de personas despidieron a Sırrı Süreyya Önder; sus compañeros se comprometieron a continuar su lucha y a mantener su compromiso con la paz.

Sırrı Süreyya Önder

Tras el fallecimiento de Sırrı Süreyya Önder, diputado por Estambul y co-presidente del Parlamento turco por el Partido por la Igualdad y la Democracia de los Pueblos (Partido DEM), su funeral se celebró el 4 de mayo en Estambul con una gran ceremonia y una marcha. Miles de personas declararon: “Nuestra promesa a Sırrı será la paz”.

Los co-presidentes y parlamentarios del Paritdo DEM han estado recibiendo las condolencias junto con la familia de Önder en la Sala de Conciertos Cemal Reşit Rey en Estambul desde el día de su fallecimiento.

Compañeros y viejos amigos de Önder hablaron con ANF sobre su legado, quien incluso con su partida logró algo extraordinario.

Su fallecimiento supone, sin duda, un dolor inmenso. Pero la forma en que la gente se ha unido en torno a él demuestra que Turquía está, de hecho, lista para la paz.

Meral Danış Beştaş, co-portavoz del Congreso Democrático de los Pueblos (HDK), declaró: “[Önder] demostró a toda Turquía y al mundo cuán fuerte y extendida es la demanda y el apoyo a la paz. Qué afortunado fue. Incluso con su partida, logró algo extraordinario. No me separé de él durante los últimos tres días que pasó en el hospital. Lo que vi fue esto: nuestros corazones están destrozados, estamos profundamente tristes; ahora mismo hay luto en millones de hogares. Podemos verlo. El dolor no es solo aquí, no es solo en Estambul. La gente está de luto como si hubiera perdido a un ser querido. Él tocó tantas vidas. En los últimos meses, trabajamos arduamente juntos para construir el diálogo, visitar Imralı y hacer que la demanda de paz resuene en toda la sociedad. Su fallecimiento supone, sin duda, un dolor inmenso. Pero la forma en que la gente se ha unido en torno a él demuestra que Turquía está, de hecho, lista para la paz. Eso es algo verdaderamente importante y valioso. Todos y todas tenemos el deber de hacer realidad la paz por la que tanto trabajó. Siempre ha sido una gran responsabilidad para todos, pero ahora más que nunca requiere el esfuerzo de todos y de todas, de cada grupo, de cada diferencia”.

Este es el legado que deja al pueblo de Turquía: una lucha por la paz.

Sezai Temelli, co-presidente del grupo parlamentario y diputado por Muş del Partido DEM, declaró: “Estamos hoy aquí, en la Sala de Conciertos Cemal Reşit Rey, recibiendo las condolencias de nuestro querido compañero, nuestro representante Sırrı Süreyya Önder. Fue despedido con una increíble participación pública y la presencia de personas de toda Turquía y de todos los sectores del espectro político. Durante toda la procesión, una sola palabra estuvo en boca de todos: paz. Al despedir a este embajador de la paz, declararon: ‘Nuestra promesa es la paz’. Su memoria y su lucha fueron acogidas con cariño. Este es el legado que deja al pueblo de Turquía: una lucha por la paz. Como saben, el 27 de febrero, el llamamiento de Abdullah Öcalan marcó un punto de inflexión histórico. Fue quizás el paso más significativo de esta gran transformación. Quien dio voz a ese llamamiento y lo transmitió al pueblo fue nada menos que Sırrı Süreyya Önder. Llevar a cabo la misión de ese llamado es ahora nuestra responsabilidad compartida. Tal como hemos luchado por esta causa hasta ahora, continuaremos nuestros esfuerzos para construir la paz, organizar una sociedad democrática y lograr una transformación profunda. Por supuesto, es imposible reemplazar a alguien como Sırrı Süreyya Önder. No lo pretendemos. Pero sentiremos su presencia a nuestro lado. Nos fortaleceremos con sus recuerdos y su lucha, y seguiremos por este camino”.

Quienes antes lo consideraban un enemigo, quienes albergaban odio, llegaron a creer en él.

Sezgin Tanrıkulu, diputado por Amed del Partido Republicano del Pueblo (CHP), declaró: “Sırrı fue un amigo, un compañero para mí personalmente, pero más que eso, fue una figura política crucial en lo que respecta a la cuestión kurda en Turquía y la búsqueda de la paz en este país. Asumió una misión clara, que llevó adelante con gran determinación desde 2011, especialmente en 2013 y 2015. Desafortunadamente, ese proceso no prosperó. Después de 2015, Turquía entró en una fase más violenta. En el nuevo proceso que comenzó el 1 de octubre, la confianza que Sırrı había construido se convirtió en un pilar fundamental. Sabemos que en la resolución de conflictos, el papel de los actores clave es esencial. Ante todo, estos actores deben contar con la confianza de sus propios movimientos y comunidades políticas. Pero aún más importante, deben contar con la confianza de sus homólogos políticos.

Sırrı había infundido una profunda confianza y la confianza dentro de las filas de su propio movimiento político gracias a su experiencia acumulada, pero lo más notable fue que se ganó la confianza de sus adversarios políticos. Quienes antes lo consideraban un enemigo, quienes albergaban odio, llegaron a creer en él. Esa confianza es vital para resolver conflictos, y él la ejerció con gran habilidad. Conocemos la historia reciente de Turquía. Sırrı provenía de un entorno político y, desde joven, comprendió los principios innegociables de su propio movimiento y los del Estado. Era un amigo que, al hablar con funcionarios estatales o interlocutores políticos, sabía exactamente qué decir, qué callar y cuánto expresar. Lamentablemente, lo hemos perdido. Lo que nos queda ahora es el deber de continuar y completar su misión: lograr la paz en Turquía. Cueste lo que cueste para lograrlo, lo haremos. No dudaremos”.

La respuesta más significativa que podemos dar a nuestro querido Sırrı Süreyya Önder, como sus camaradas y compañeros de viaje, será socializar la paz. Difundir la idea de paz, fomentar un clima de paz mediante la lucha social colectiva.

Cengiz Çiçek, diputado por Estambul del Partido DEM, declaró: “Las decenas de miles de personas que asistieron al funeral de nuestro querido Sırrı Süreyya Önder demostraron una vez más lo que realmente importa en la lucha por la paz, la democracia y la libertad. Demostraron qué pensamiento, qué conciencia y qué camino moral seguimos. La masiva participación no solo fue una expresión de gratitud hacia Sırrı Süreyya Önder, sino también una adhesión directa a la causa a la que dedicó su vida.

Al despedirnos de nuestro maestro, nuestro camarada, nuestro líder Sırrı, sentimos que nos llamaba a todos, a cada pueblo, a cada fe, a emprender de nuevo ese viaje original. En cierto sentido, nos confió a todos esta misión compartida una vez más. La marcha de decenas de miles, la forma en que recibieron su despedida, fue también un claro reflejo del profundo anhelo de paz de la sociedad, de la justicia y los valores democráticos en estas tierras. Cuando existe una verdadera representación, claridad moral y un enfoque de lucha basado en principios, incluso una sola persona puede unir a decenas de miles, cientos de miles, incluso millones en un espíritu compartido. En ese sentido, la respuesta más significativa que podemos dar a nuestro querido Sırrı Süreyya Önder, como sus camaradas y compañeros de viaje, será socializar la paz. Difundir la idea de paz, fomentar un clima de paz mediante la lucha social colectiva.

El mayor regalo que podemos ofrecerle a nuestro camarada Sırrı será continuar la lucha social y democrática que verdaderamente pueda establecer una paz duradera y significativa. Una vez más, nos inclinamos en su memoria”.

Desde el momento en que Sırrı Süreyya fue hospitalizado, comenzamos a presenciar la socialización de la paz, y con su fallecimiento, se sembró una nueva esperanza entre nosotros y nosotras, como si él mismo hubiera sembrado las semillas de la paz.

Perihan Koca, diputada por Mersin del Partido DEM, declaró: “Sobre todo, estamos profundamente entristecidos. Estamos experimentando emociones abrumadoras. La pérdida de nuestro camarada Sırrı Süreyya Önder es un duro golpe. Hemos perdido a un mensajero de paz, a un trabajador de la paz. Incluso en sus últimos momentos, presenciamos cómo entregó su cuerpo y su bandera al servicio de la socialización de la paz. Fue muy evidente durante su despedida final. Para todos y todas los que lo amaron, e incluso para quienes alguna vez lo maldijeron, Sırrı fue una presencia constante e innegable. Tenía una capacidad excepcional y única para unir a personas que de otro modo nunca habrían estado juntas. Para nosotros y nosotras, Sırrı Süreyya Önder fue un luchador por la paz. La despedida, marcada por la masiva participación de jóvenes y mujeres, se convirtió en un voto colectivo: una promesa a Sırrı, a nuestro camarada, a nuestro hermano, de que nuestra palabra para él será la paz. Estas tierras han anhelado la paz desde hace mucho tiempo. Somos una sociedad que ha pagado un precio enorme por ella. Desde el momento en que Sırrı Süreyya fue hospitalizado, comenzamos a presenciar la socialización de la paz, y con su fallecimiento, se sembró una nueva esperanza entre nosotros y nosotras, como si él mismo hubiera sembrado las semillas de la paz. Al mismo tiempo, puso una pesada carga sobre nuestros hombros. Pero la unidad de millones también nos fortalece. El hecho de que la esperanza de paz pudiera manifestarse en una presencia tan poderosa nos ha abierto un nuevo camino.

Recuerdo una cita de un artículo de Sibel Yerdeniz de 2013 en T24. Decía: ‘Vida, qué cruel, qué desgarradora, qué magnífica eres’. Pensé en esto muchas veces durante la despedida, el recuerdo, el entierro. Vivimos la crueldad de la vida ahora, su profunda y desgarradora realidad a través de nuestra pérdida. Pero al presenciar la magnífica despedida y la aceptación de la gente, me encontré pensando cada vez más en lo que Sırrı Süreyya nos dejó. Esa vida, en toda su crueldad, también lleva en sí el potencial de magníficos comienzos. Así que sí, la esperanza reside en el abrazo de los millones de personas que presenciamos ayer. Con ese sentido de responsabilidad, de hoy en adelante avanzaremos con mayor determinación. Traeremos a estas tierras la paz que él anheló, pero que no llegó a ver”.

Durante su vida, Sırrı hizo reflexionar profundamente a la gente de este país. Rompió tabúes. Y si consideramos lo que ocurrió en el hospital y durante el multitudinario funeral, podemos afirmar con seguridad que estamos muy cerca de socializar la paz en este país.

Ali Bozan, diputado por Mersin del Partido DEM, declaró: “¿Cómo podemos describir a nuestro hermano Sırrı Süreyya Önder? Creo que una de las descripciones más emotivas provino de una de nuestras Madres de la Paz. Ella asistió al funeral y dijo: ‘Sırrı Süreyya Önder siempre luchó por nosotras. Solía decir: ‘Lucho para que las madres no tengan que llorar’. Y luego decía: ‘Seguiré luchando’. Y ahora, lamentablemente, somos nosotras quienes lloramos por él’. Las palabras de la madre fueron increíblemente sinceras. Al recordar lo sucedido, especialmente después del fracaso de las negociaciones de paz en 2015, es evidente que Sırrı Süreyya Önder nunca perdió su fe en la paz. Siguió luchando. Lo vimos claramente en los debates posteriores a octubre y en su postura durante ese período. Las visitas al hospital mientras estaba enfermo, la gente que acudía de todos los rincones de Turquía y los muchos que comenzaban sus frases con ‘No comparto su visión del mundo, pero…’, todo apuntaba a una misma cosa: una creencia compartida en la paz. También fue un testimonio del incansable esfuerzo que realizó por lograr una paz duradera en este país. Miles, decenas de miles de personas acudieron a despedirlo, y había un lema común en los labios de los asistentes: ‘Nuestra promesa a Sırrı es la paz’. Los reunidos no eran solo kurdos, ni solo miembros del Partido DEM; había personas de todas las perspectivas políticas. Durante su vida, Sırrı hizo reflexionar profundamente a la gente de este país. Rompió tabúes. Y si consideramos lo que ocurrió en el hospital y durante el multitudinario funeral, podemos afirmar con seguridad que estamos muy cerca de socializar la paz en este país. Aunque millones de ciudadanos no compartan nuestra perspectiva, ahora afirman que la paz duradera en este país es esencial”.

Tenemos una deuda con él: nutrir y cumplir el legado que nos dejó, llevar adelante la esperanza de paz. Debemos asegurar que su legado perdure.

Dilan Kunt Ayan, diputada por Urfa (Riha) del Partido DEM, declaró: “Esta es una pérdida tremenda. Sırrı tenía una personalidad profundamente impactante. Encarnó lo que llamamos la visión del HDP que surgió después de 2013. Fue alguien que verdaderamente apoyó a todas y todos los marginados, a todos los excluidos, a aquellos cuya identidad había sido negada, y luchó por encontrar soluciones a sus problemas. Hoy vemos a personas de toda Turquía, de diferentes trasfondos políticos y credos, uniéndose. Esto demuestra la amplia aceptación de la paz que Sırrı Başkan intentó traer a estas tierras. En el funeral, algunos decían: ‘Compré un billete de avión con mi último dinero para estar aquí. Tenía que estar allí, aunque solo fuera para esparcir un poco de tierra sobre su tumba’. Algunos eran personas que habían sido despedidas de sus trabajos, otros eran trabajadores; había quienes pertenecían a las clases trabajadoras, y algunos que seguramente eran económicamente adinerados. Pero todos y todas compartían una cosa en común: reconocían la magnitud de esta pérdida y habían llegado a compartir el dolor. Sırrı realmente nos dejó un legado extraordinario, y esto debe reconocerse. Esta unidad, esta reunión de tantas personas de diferentes ámbitos de la vida, es su legado. Y tenemos una deuda con él: nutrir y cumplir el legado que nos dejó, llevar adelante la esperanza de paz. Debemos asegurar que su legado perdure”.

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